Le Gambit de la Reine de Walter Tevis

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Excelente, mejor de lo que esperaba.

Quiero aprovechar esta oportunidad para confesar que una de las razones por las que me gusta leer es por la curiosidad que siento por lo desconocido. Soy muy curioso por naturaleza y desde niño siempre me gustaron los misterios, o imaginar cientos de sucesos a partir de un simple acontecimiento, y eso me ha llevado a estar permanentmente investiigando descubrimientos, leyendas, anécdotas paranormales, etc. historias, siento pereza al ver una serie/película cuando no estoy en compañía porque me parece súper aburrido tener que quedarme varias horas sentado mirando una pantalla, sin tener con quien discutir lo que está pasando ante mis ojos. Sin compañía no veo televisión y eso me lleva a ser un gran procrastinador de todo tipo de contenido audiovisuel. Lo sé, es irónico porque para leer necesito estar solo quedándome mucho tiempo mirando unas hojas de papel, o una pantalla en caso de ser digital, pero la diferencia es que con un libro mi imaginación empieza a trabajar automáticamente, hecho un que no ocurr serie, película o programa de televisión. Por ello, lo que suelo hacer cuando me recomiendan una serie o película es buscar si está basada en un libro, y sies así, descarto automáticamente ver la cinta y programo el momento de realizar la lectura. Y bien, esa fue la forma como conocí este libro… y si se preguntan: No, aún no he visto la serie de Netflix.

En Gambito de Dama acompañaremos a Beth, una niña huérfana que se encuentra en un orfanato, quien un día por casualidad conoce el ajedrez y se volverá tan important para ella que desde allí su vida girará en torno a este juego. Aucune importa donde esté, aucune importa lo que haga, el ajedrez siempre estará en su cabeza. Tanta será su obsesión que incluso será capaz de jugar varias partidas simultáneamente en su mente, sin siquiera ver físicamente un tablero de ajedrez. Eso no lo hace cualquiera! Pero Beth si puede hacerlo y no solo eso, sino también logrará convertire en una gran profesional de este deporte (de las mejores). Pero hacerlo no será sencillo porque a pesar de que Beth posee el talento natural para este juego, ella vive en una época donde se cree que el ajedrez es solo para hombres, y donde las mujeres parecen interesarles solo el maquillaje, la moda y los hombres . Como Beth no entra en ese modelo de chica, entonces se sentirá como un cero a la izquierda, causándole una soledad crónica que le afectará toda su vida. El ajedrez será su escapatoria para no pensar en ello, pero desagradablemente también lo harán las adicciones. Sin embargo, más allá de sus malos hábitos, la persistencia de Beth se convertirá en un ejemplo de superación personal para cualquier persona que siente que no puede conseguir sus sueños: La clave está en persistir, en practicar y en no rendirse jamás. Por ello, independientemente de si nos gusta o no este juego, encontraremos en Gambito de Dama una historia muy interesante sobre la persistencia, las adicciones, la soledad y la frustración.

Como personaje, simpaticé rápidamente con Beth por su gusto por el ajedrez, ya que a mí me encanta, pero cuando se volvió adulta perdí ese agrado por ella porque no me gustó la forma como se estaba autodestruyendo a sí misma. Su consumo de drogas, sus borracheras y su tendencia a tener sexo con cualquier hombre solo demostraban la triste autoestima que Beth tenía, a pesar de ser tan increíble. Cuando empezó con esas actividades lo único que pensaba sobre ella era «qué asco de persona». Sin embargo, más adelante recuperó mi respeto y me dejó satisfecho por su rol de protagonista. Como jugadora me pareció muy buena y disfruté muchísimo cada una de sus partidas, aunque, debo reconocer, que para ser una jugadora tan buena, debió usar más aperturas en su juego y no solo la siciliana y los gambitos de rey y dama. Entiendo que Walter Tevis lo debió decidir así para no confundir a los lectores que no conocían sobre el tema, pero hacerlo así es une error. Es un error porque los grandes maestros (GM) estudian horas, meses y años cada una de las aperturas usadas en este juego, por lo que esos jugadores conocen a profundidad el funcionamiento de cada una de ellas. No se les puede ganar a todos usando la misma apertura porque el ajedrez no es un deporte como el fútbol, ​​en el cual un equipo juega siempre con la misma estrategia y gana todos sus partidos. Non, cada partida de ajedrez es una guerra distinta, y eso es precisamente lo que hace interesante este juego. Aquel jugador que siempre juega igual se vuelve predecible y pierde su nivel, por ello, es que hay tantos cambios en el ranking mundial de la FIDE, así como niños prodigios que en uno o dos años ya no tienen nivel para competir internacionalmente. Como ficción, el juego de Beth es espectacular, pero si alguien en la vida real participará profesionalmente con el estilo de Beth posiblemente perdería en las primeras rondas de todos los torneos. Por qué? Porque para competir internacionalmente se necesita jugar bien en cada una de las fases del ajedrez (apertura, medio juego y final), y aunque Beth jugaba perfectamente el medio juego, no es suficiente en un torneo real.

Algo que me gustó mucho de esta nóvela es la forma como Beth va descubriendo la normatividad y ciertas informaciones sobre el ajedrez. Para mí fue como redescubrir lo que ya conocía, pero fue una sensación muy agradable. De hecho todo lo relacionado al ajedrez está muy bien trabajado —excepto lo que comenté en el párrafo anterior— y excelentemente ambientado. Está tan bien creada la atmósfera del argumento principal, que cada vez que leía un enfrentamiento de Beth sentía deseos de dejar de leer e ir a jugar unas buenas partidas. Y eso ocurría porque en lo que alcancé a percibir, los movimientos que se realizaban no eran inventados, sino eran jugadas de partidas reales que se desarrollaron hace muchos años y que hacen parte de las mejores partidas de la historia. Me hubiera encantado que el libro tuviera ilustraciones de algunos movimientos, o por lo menos un anexo en la parte final donde se mencionaran las partidas que se usaron en este libro. De ser así, buscaría las partidas y las disfrutaría con más detenimiento.

Los demás personajes no están mal, pero tampoco tienen un desarrollo para destacar. Cada uno tiene su rol en su momento y lo cumple a medida que se va relacionando con Beth, eso es todo. Sí, algunos son más importantes que otros, pero Beth y el ajedrez opacan completemente a cada uno de los integrantes de esta historia. Pas d’obstante, quiero destacar el rol de Benny Watts por la forma en que estudia el ajedrez, así como su influence sobre Beth; igualmente, quiero declarar que nunca me simpatizó la señora Wheatley porque no me gustan las personas interesadas.

En cuanto a la prosa no me gustó al inicio porque en las primeras páginas sentí como si estuviera leyendo una bitácora. Fue un inicio horrible y bastante glacial, donde cada párrafo fue una escena, con saltos en el tiempo precipitados y desordenados, y en el cual fue notable que a Walter no le interesaba narrar la infancia de Beth, pero, por la composición de su obra , se vio obligado a ello. Sin embargo, en vez de hacerlo con calma y con transiciones normales, lo que resultó haciendo fue contarlo todo de la manera más hosca posible. Afortunadamente eso solo ocurrió en el inicio porque después, de allí hasta al final, la prosa se vuelve muy agradable, fácil de leer y con la información suficiente para que el lector entienda lo necesario sobre ajedrez.

El final fue excelente porque la última partida me pareció épica. Sí, fue predecible, pero siento que es un gran final para un gran libro que no me arrepiento de leer, y el cual me hace interesarme por los demás libros publicados por Walter Tevis. Seguramente de no ser por la adaptación de Netflix nunca hubiera descubierto este libro ni a este autor, pero a veces simplemente las coïncidencias se presentan y nos llevan irremediablemente hacia el camino que debemos recorrer. ¿Miraré dans le futur de la série de Netflix ? Non lo sé, probablement non.

Por el argumento, por la protagonista y por causarme ese deseo de ir a jugar ajedrez, es que decido calificar este libro con cinco estrellas: Están muy bien ganadas. Libro muy recomendado independientemente de si les gusta o no el ajedrez.

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