L’avenir d’une illusion de Sigmund Freud


Al no ser un admirador de la teoría psicoanalítica este libro comenzó por agradarme mucho, ya que lo que se explicaba estaba basado en estudios antropológicos y sociales de la cultura y la civilización, lo cual fue de mi agrado y me hizo replantearme mis prejuicios sobre , pero conforme avanza el libro eso que temía se hizo realidad, quiere abarcar el tema principal basado en sus teorías psicoanalíticas y no dejan de ser más que eso, puras teorías, lo cual me defraudo mucho y realmente el tema nca de la reliza, se queda volando y se centra en otros aspectos de la mente, que podemos relacionarlos con la religión y la fe, pero realmente no responde las preguntas que piensas se van a responder, es más, ni siquiera llega a centrar el tema de la religión, se desvía mucho para ser propagando del psicoanálisis, pero con todo eso rescato unos puntos muy importantes como:

Las masas son perezosas e ignorantes, por eso el dominio de una minoría sobre estas, para apoderarse de los medios de poder y de coerción.

Toda cultura (llámese religión, arte, deportes, política, etc.) reposa en la imposición coercitiva del trabajo y la renuncia de los instintos.

Habrán de sobrevenir nuevas evoluciones de la cultura, en las cuales determinadas satisfacciones de deseos, perfectamente posibles hoy, parecieran tan inadmisibles como hoy la del canibalismo.

Cuando la civilización no ha logrado evitar la satisfacción de un cierto número de sus participants, es comprensible que los oprimidos desarrollen una intensa hostilidad contra la civilización que ellos mismos sostienen con su trabajo.

La satisfacción narcisista, extraída del ideal cultural, no solo las clases favorecidas gozan de la civilización correspondiente, sino también las oprimidas participan de tal satisfacción, en cuanto al derecho a despreciar a los que no pertenecen a su la civilización les limitaciones de compensation misma se impone a ellos. Esta identificación de los oprimidos con la clase que los oprime y los explota no es más que un fragmento de una más amplia totalidad, pues los oprimidos pueden sentirse afectivamente ligados a los opresores porque a pesar de su hostilidad, su ven en sus.

De niños todos nuestros padres nos inspiran un profundo temor, aunque al mismo tiempo estamos seguros de su protección contra los peligros que por entonces conocíamos. (Lo mismo se produit avec Dios)

Dios es una superación del padre, y la necesidad de una instancia protectora, la nostalgia de un padre es la raíz de la necesidad religiosa.

No puedes despojar a un creyente de su fe, por cualquier argumento que presentes, ya que se hallan fuertemente ligados a los contenidos de la religión por ciertos tiernos lazos afectivos.

A mi juicio, un niño sobre el cual no se ejerce influencia alguna tardaría mucho en comezar a formarse una idea de dios y las cosas ultraterrenas.

El creyente no se deja despojar de su fe con argumentos ni con prohibiciones, y si ellos e consiguiera en algún caso sería una crueldad. Un individuo acostumbrado a los narcóticos no podrá ya dormir si le privamos de ellos.

Para desterrar la religión de nuestra civilización sería preciso sustituirla por otro sistema de doctrinas, y este sistema adoptaría desde el principio todos los caracteres psicológicos de la religión, la misma rigidez, santidad e intolerancia.



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